miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hasta la gente que te cambió la vida, hasta la que te hace feliz, hasta la más buena, hasta esa… te lastima. Con lo más mínimo, con lo peor. Te trata y destrata. Y hay momentos en los que no te valora. Y eso… te parte el alma. Te desanima y hasta te hace perder el control de tus actos. Cometes errores, haces locuras. Te arrancas los pelos. Te comes las uñas. Te quita las ganas, te saca las ansias. Te arranca los sueños. Y no entiende, y no se da cuenta… que en verdad a vos, muchas cosas te molestan. Y por más que ames y ames, las cosas se dejan, se llegan a perder. No le entra en la cabeza que tu a tu corazón ya no le caben más enmiendas. No intenta arreglar, si no que empeora más. Intentando tener la razón, te destruye un poco más el corazón. Te deja marcas y huellas, que no se olvidan y te quedan. Te hiere con solo una palabra y te deja en el subsuelo. Te da a entender que no servís para nada y que haces un paso y una cagada. Y es la misma persona que te alegra las mañanas o la que te hace ver otra realidad, la que con su sonrisa te calma y con solo una palabra te hace ver la verdad. La que amas y por la que darías hasta tu vida. Esa misma, te lastima.

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